Notas inconclusas II
Es terrible darte cuenta de que sólo fuiste un pretexto para muchas cosas, pero sobre todo, un capricho de placer pasajero...
Es terrible darte cuenta de que sólo fuiste un pretexto para muchas cosas, pero sobre todo, un capricho de placer pasajero; que incrédulamente donde tú viste oportunidad, alguien más sólo vio placer efímero disfrazándolo de añoranza, de nostalgia, de algo que se debía hacer y que al final, tan sólo fue egoísmo puro, todo ello aprovechándose de lo que habitaba en un corazón sincero. Y lo más tonto y quizá debería decir estúpido es, que uno busca darle vueltas a la situación, tratando de justificar palabras y acciones ajenas, cuando en realidad no tienen justificación alguna, e incluso, algunas cosas, ni siquiera tienen perdón.